¿Se perdió el
“ritmo de noticiero”?
Siempre se dijo que el noticiero
era el programa más serio de un canal de televisión, y quien lo consumía
también se decía que era una persona “seria”, por el simple hecho de tener el
interés de informarse, porque no cualquier persona se sentaba a ver el
noticiero de principio a fin. A través de los años, el mundo de los medios de
comunicación fue cambiando lentamente, se podría decir que para bien y para
mal; y a lo largo de la nota usted va a formular sus propias conclusiones.
El uso indiscriminado de
las nuevas y más populares redes sociales fue lo que trajo la unión de la gente
con los medios informativos, de manera que, cualquiera puede ser un “periodista
amateur” y brindarle al noticiero más información, cuando en realidad eso es
trabajo de profesionales, los periodistas son los que tienen que recopilar
información y mostrarle a la sociedad su versión de los hechos, ¿Por qué
decimos “su versión de los hechos”? porque se produce lo que se conoce como la subinformación,
es decir, cada medio elige qué contarle al espectador. Pero esto no sucede solamente a nivel nacional, sino también a
nivel internacional.
En un principio, los
únicos que brindaban la opinión pública eran los periódicos, el equilibrio
entre opinión autónoma y opiniones heterónomas (heterodirigidas) estaba
garantizado por la existencia de una prensa libre y múltiple, con muchas voces.
Años después, la llegada de la radio no alteró este equilibrio de forma
sustancial. El problema surge con la televisión, una herramienta capaz de
brindarle al espectador más información debido a que ésta une el sonido con la
imagen, lo cual lo hace también más llevadero; pero las imágenes que se muestran
en pantalla, ¿exponen lo que en realidad se dice?
En la actualidad, por
ejemplo cuando se habla de un corte en determinadas calles, sea cual fueren las
causas, se muestra la imagen de un patrullero cercando la zona, y en esa
ilustración se cita el término “imagen de archivo”, cosa que antes no sucedía,
por lo cual, los televidentes tomaban esa noticia como verdadera, por ver a la
policía actuando en el lugar; lo cual conduce al refrán “si no lo veo no lo
creo”.
En 2013 se iba
acrecentando la reforma de los medios nacionales. Además de contar ya con el
correo electrónico y el número telefónico de la redacción del canal, comenzaron
a tener sus propias cuentas en las redes sociales más usadas por gran parte de
los ciudadanos (Twitter, Facebook, YouTube), con el objetivo de poderse adosar
a su público y así implementar la participación éstos para con los
informadores. Al ir cambiando los tiempos, la gente en el noticiero también fue
adaptándose debido a la llegada de nuevas formas de comunicación, y gracias a
esto los televidentes pueden enviar mensajes y opinar del programa en vivo y en
directo, por lo cual, los protagonistas pueden ver todo al instante y leerlo en
el aire, esto hizo que, al lograr más cercanía con los espectadores, los
periodistas dejen de actuar con la seriedad que tanto los caracterizaba, es
como si se hubiesen relajado para familiarizarse con la gente que está del otro
lado de la pantalla, para convertirse en uno más.
Las redes sociales no
solo están para opinar del programa, sino que también están para hacer
denuncias al instante. Todos los medios cuentan con un número de WhatsApp para
recibir denuncias de forma más práctica con fotos o videos. En estos últimos
tiempos se están dando, entre tantas cosas, muchos casos de violencia de género, ya sea en la vía pública o en la intimidad, para ello hay un número especializado
y es el 144, pero de igual manera la gente se lo hace saber a las redacciones
de los medios para que tenga trascendencia y sea virilizado.
La musicalización
también es un cambio en el que hay hacer hincapié. Claro está que el tango es
el “ritmo argentino”, el género que nos identifica en todo el mundo. Tiempo
atrás gran parte de los informativos contaban con tango electrónico como
cortina musical identificatoria, al escuchar la melodía de un bandoneón en la televisión estaba más que
evidenciado que se trataba de un noticiero. Hoy por hoy, los medios que tienen más
acceso a recursos económicos se dan el lujo de renovar su música cada dos años;
los que no, se permitieron hacer el cambio para “modernizarse” una vez y, desde
entonces, mantienen la misma polifonía. No hay que ser músico para poder
percibir la presencia de guitarra eléctrica y demás instrumentos que le dan al
noticioso otra tonalidad.
No hay que dejar de
lado lo que tiene que ver con la escenografía, a fines del siglo pasado el
presentador presentaba las noticias estando de pie frente a una sola cámara, sin
la necesidad de trasladarse. En la primera quincena del siglo XXI los canales
poseen considerables estudios bastante amplios con la tecnología acorde a la
época, los cuales cuentan con monitores LCD, luces led, un mínimo de tres
cámaras, en el cual el periodista puede desplazarse y dirigirse a diferentes
puntos del piso. La mayoría de los informativos tiene como mínimo dos
conductores (por lo general un varón y una mujer), y un máximo de hasta seis o
siete personas (sin contar el productor ejecutivo, la gente de producción, los
cameraman, etc.).
El tema de la personalidad
de los reporteros también influyó. Tiempo atrás, cuando iniciaban la edición
del noticiero, rara vez mencionaban sus nombres, hoy lo hacen o hay una placa
que los muestra; otra cosa era descubrir su personalidad y sus gustos, en la
actualidad lo demuestran todo el tiempo, dicen de qué equipo de fútbol son, las
cosas que opinan sobre diferentes temas y demás, cosa que no sucedía; había que
hacer un seguimiento de todas las ediciones para tener ir conociendo a quien
está frente a cámara, eran más resguardados con esos temas, porque en realidad
ellos están para informarnos, no para contarnos de su vida ni sus opiniones,
como ocurre con ciertos medios de la actualidad.
La noticias que tratan
y el tiempo que le dedican a ciertos sucesos es algo importante, los temas
centrales en un noticiero son casos policiales, sociales, política y
espectáculo (para contar cosas sobre los artistas importantes como músicos,
actores, etc.) pero el periodismo de espectáculo se transformó en “periodismo
mediático” porque hay quienes dedican medio programa para hablar de temas que
no son de total interés, por ejemplo el caso Javier Bazterrica “el gigoló”,
empezó como caso policial porque estafó a varias mujeres, entre ellas a la
hermana del bailarín y coreógrafo Flavio Mendoza, pero hablaron tanto de ese
personaje que ya lo hicieron “famoso”, mal llamado famoso porque en realidad es
un estafador, quien goza de la popularidad que le dan algunos yendo a diversos
programas. Otra cosa de la que los medios hablaron tanto es de “la novela
Maradona”, hasta le pusieron nombre y todo, como si fuese divertido hablar de
supuestas infidelidades y de temas judiciales, sólo porque el personaje principal
es un ex futbolista reconocido
globalmente.
Hay personas anticuadas
que prefieren el viejo estilo, el noticiero serio que contaba las noticias
teniendo una mirada céntrica y sin irse por la ramas o hablando de un tema que
no tenga que ver con el programa, como decir lo que van a hacer el fin de
semana, quejarse por que llueve, entre otras cosas; pero también hay quienes
están en la vereda de enfrente y aceptaron el “noticiero light” porque hace al
programa más llevadero, entretenido y hasta divertido, cosa que en realidad no
tiene que suceder. Por estos cambios ¿se perdió “el ritmo de noticiero”?
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